Carlos Cañas, el pintor que hizo del Teatro Nacional su
Capilla Sixtina, no deja de pensar cosas agudas. A los 85 años dice que
es una porquería que el país no celebre el arte ni a los artistas. Que
como si se tratase de una obra abstracta, se le malinterpreta. Que
muchos lo odian sin razón. Que su casa, atiborrada de óleos y
esculturas, se ha convertido en su propio y único museo, uno que le
recuerda que es pionero del arte abstracto en El Salvador.
este es un video de una reseña de su vida artistica
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